domingo, 30 de octubre de 2016

La Escuela de Atenas

En el Cinquecento el centro del arte se traslada a Roma. Durante la Edad Media, Roma había perdido el prestigio y la grandiosidad que en su día tuvo. Gracias a la acción de algunos papas se convertirá en el centro de expresión del poder político del Papado. Se quiere hacer de ella la capital del mundo: centro de poder, capital espiritual y artística. Los mejores artistas pueden desarrollar aquí sus grandiosos proyectos. Hacia el año 1500, los papas son los mayores constructores del mundo y tienen un objetivo común: transformar la ciudad medieval en una ciudad nueva. Los papas utilizarán el arte como medio de prestigio personal y como propaganda de su poder temporal, por ello se convierten en los grandes mecenas de la época.

La escuela de Atenas es una de las pinturas más destacadas del artista Rafael Sanzio. Fue hecha en boceto entre 1509 y 1510 y pintada entre 1510 y 1512 como parte de una comisión para decorar con frescos las habitaciones que hoy en día son conocidas como las estancias de Rafael, ubicadas en el Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano.




En sus obras, Rafael ya insinúa que la belleza es una realidad que existe en la naturaleza, y que la función del artista es revelarla mediante un acto de creación. Dentro de su producción, son de destacar los trabajos que le encargó Julio II para decorar las Estancias Vaticanas. Sobresale el programa humanístico expresando en la estancia de la Signatura, que era la biblioteca privada del Papa, destacando La Escuela de Atenas.
Representa a los sabios de la Antigüedad, encabezados por Platón y Aristóteles, que avanzan en el centro hacia el espectador. El entorno arquitectónico muestra las novedades del momento introducidas por Bramante. Lo más curioso de los retratos es que los modelos utilizados para representar a algunos de los filósofos eran artistas contemporáneos de Rafael.
Así la imagen de Platón es el retrato de Leonardo.



La de Heráclito es Miguel Ángel.


Euclídes, agachado a la derecha con un compás en la mano es Bramante.


Al extremo de la derecha y mirando hacia el expectador se autorretrata el mismo Rafael.


Otros personajes que aparecen son:
Diógenes


Epicuro


Averroes y Pitágoras


Parménides


Esquines y Sócrates


Alejandro Magno y Jenofonte


Aristóteles


Hipatia de Alejandría y Parménides


Anaximandro




La identificación entre sabios de la Antigüedad y artistas renacentistas pretende la exaltación de la importancia de la Antigüedad clásica en el arte del Renacimiento, pero también dignificar la personalidad de los artistas de la época, que lejos de ser simples artesanos, se les considera intelectuales equiparables a los sabios antigüos.
La composición es abierta, dinámica por la disposición de los diferentes grupos de personas. Algunas posturas son forzadas, retorcidas. La luz es diáfana, el color es intenso y brillante.
Es considerado la expresión máxima del ideal humanista y el mejor ejemplo del equilibrio clásico, de la medida, de la belleza ideal, de la simetría axial, de la claridad compositiva, el encanto colorista y la luminosidad diáfana.




Rafael fue un pintor y arquitecto italiano del Alto Renacimiento. Además de su labor pictórica, que sería admirada e imitada durante siglos, realizó importantes aportes en la arquitectura y, como inspector de antigüedades, se interesó en el estudio y conservación de los vestigios grecorromanos.
Tras la muerte de Bramante, en 1514, fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro. La mayor parte de sus obras arquitectónicas han sido derrumbadas o modificadas después de su muerte y a raíz de la aceptación de los diseños de Miguel Ángel, pero sobreviven unos pocos diseños. Durante un corto tiempo se le consideró el arquitecto más importante de Roma y el preferido del círculo social del papa.
Proyecto que ideó Rafael para la basílica de San Pedro en el Vaticano, 1514.


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